A raíz del ensuciamiento alimentario -y la consiguiente permeabilidad de la mucosa intestinal-, llegan al hígado grandes cantidades de sustancias tóxicas y algunas pueden generar un colapso crónico que repercute en la salud. Este es el caso de los cálculos biliares que se generan dentro del hígado (cálculos intra hepáticos) que comprometen en gran medida la eficiencia en las funciones del hígado de almacenamiento y desintoxicación, entre otras, y sobre todo, el correcto flujo de la bilis, la cual se encarga de ayudar a transportar los desechos y a descomponer las grasas en el intestino delgado durante la digestión
Estos mal llamados «cálculos» intra hepáticos están formados por bolas de colesterol, fragmentos de bilis coagulados, calcio y pigmentos, como la bilirrubina. Además tienen desechos coloidales (moco), toxinas, bacterias y parásitos muertos y son difíciles de diagnosticar a través de rayos o ultrasonidos.
Imagen simplificada que muestra los cálculos alojados en los conductos biliares del hígado, en la vesícula y en el conducto que transporta la bilis hacia el intestino. Dicho conducto descarga en el mismo lugar que el páncreas (círculo). Por tanto su obstrucción, afecta la llegada de ambos fluidos al intestino.
No hay que confundir los cálculos intra hepáticos con los cálculos vesiculares, ya calcificados, que se detectan sencillamente con radiografías y que generan reacciones dolorosas, las cuales concluyen con intervenciones que “mutilan” este órgano y con él, importantes funciones digestivas e intestinales. Los cálculos en la vesícula deben ser considerados la “punta del iceberg” respecto a lo que se encuentra alojado en el hígado.
¿Qué es la bilis y para qué sirve?
La bilis es un fluido amarillo verdoso y alcalino, esencial en la química corporal. Además de colaborar en los procesos metabólicos de grasas, proteínas y minerales, la bilis mantiene el orden de las grasas en sangre, elimina material tóxico del hígado, alcaliniza los intestinos y evita la proliferación de microorganismos nocivos en el colon, entre otras cosas.
Una persona saludable produce aproximadamente un litro diario de bilis. En cambio, individuos con cálculos biliares y enfermedades crónicas llegan a producir apenas un tercio o menos de esa cantidad. Por lo tanto serán personas con mala digestión del alimento, desorden en los triglicéridos, acidificación intestinal, toxicidad hepática, desorden en la flora del colon, etc. Las personas con enfermedades crónicas seguramente tienen centenares de cálculos obstruyendo los conductos biliares intra hepáticos.
Eres lo que comes
Los factores que ayudan a la formación de cálculos biliares son la sobrealimentación, exceso de proteínas, lácteos, almidones sin procesar, aceites industrializados y margarinas, alimentos refinados (sal, harina, azúcar), productos lights, alimentos con conservantes, leche y huevo en polvo, deshidratación, empleo de anticonceptivos y hormonas, alteración de los ciclos naturales (día/noche), estrés emocional…
¿Cuáles son los síntomas de presencia de cálculos biliares?
• Acidez estomacal
• Adormecimiento o calambres en piernas
• Alzheimer, Parkinson, trastornos cerebrales
• Artritis y gota
• Asma
• Cabello graso o calvicie
• Carencia vitamínica
• Colesterol elevado
• Congestión linfática
• Debilidad
• Desorden hormonal
• Diabetes
• Dolores de espalda y hombros
• Escoliosis
• Evacuaciones claras
• Extremidades frías
• Gastritis
• Hemorroides y várices
• Hepatitis y cirrosis hepática
• Impotencia sexual
• Infecciones (cándidas, herpes)
• Inflamación vesicular
• Irritabilidad y cólera
• Intolerancia alimentaria
• Mala digestión
• Manchas en piel (brazos, espalda, rostro)
• Mareos y desmayos
• Obesidad
• Ojos hinchados y/o amarillentos
• Osteoporosis
• Pancreatitis y tumores pancreáticos
• Pesadillas
• Piel amarillenta
• Problemas circulatorios y cardíacos
• Problemas de visión
• Problemas dentales o de encías
• Problemas intestinales
• Problemas renales y urinarios
• Rigidez articular y muscular
• Sabor amargo en boca
• Tono oscuro y “bolsas” bajo los ojos
• Ulceras y aftas bucales
Las limpiezas de hígado son una ayuda para mantener la salud y evitar que nuestro hígado se sobrecargue de tareas y empiece a acumular toxinas y desechos, lo cual provoca otros problemas de salud físicos y emocionales que pueden desmejorar significativamente nuestra calidad de vida.
Si estás interesado/a en recibir sesiones o tienes un centro y quieres ofrecer formaciones, escríbeme a son@acupunturagrancanaria.com y te informaré sobre lo que necesites.