El otoño es época de cosecha. Es el período en el que nuestro cuerpo reserva la energía para los meses fríos que nos están esperando en invierno. Los días son más cortos, hay menos actividad y las personas se encuentran más serias que en verano.
Según la Medicina Tradicional China…
Los órganos de otoño según la Medicina Tradicional China son los pulmones y el intestino grueso, su elemento es el metal y su color, el blanco. Está relacionado con la correcta eliminación y evacuación de residuos tóxicos y del buen funcionamiento del sistema inmunitario. La alimentación tiene un papel clave en su buen funcionamiento.
Si la energía pulmonar es equilibrada, la energía vital será buena, las vías respiratorias serán fluidas y la respiración será armoniosa, los líquidos circularán libremente, calentando y lubricando los músculos y la piel, la energía defensiva nos protegerá de los ataques externos y nuestro olfato será bueno. La energía propia del pulmón es la serenidad, la quietud, la interiorización y mirar dentro de nosotros.
Si la energía pulmonar es débil, podremos tener síntomas como resfriados frecuentes, gripes, asma, tos, disnea, obstrucción nasal, sequedad, EPOC, bronquitis, pulmonía, neumonía, sinusitis, desequilibrios con la piel y el sudor, caspa, eczemas, dolor en fosa supraclavicular, hombro y espalda, borde anterior y parte media del brazo, tristeza, depresión, falta de energía, cansancio crónico, diarrea o estreñimiento y gases, entre otros.
«Más vale una cosecha de prevención que un kilo de curación». Benjamín Franklin.
- Tápate bien. Al ser el órgano que controla la energía defensiva y la piel, es el primer órgano que se ve afectado por el ataque de factores patógenos externos como el viento, el frío, la humedad o la sequedad. Por ello es importante protegerse la nuca con una bufanda para evitar futuras molestias.
- Mantén a raya la tristeza. También se asocia a las emociones de apatía, ansiedad, melancolía, tristeza, reflexión y “dejar ir”. Por lo tanto, el otoño es buena época para terminar los proyectos que hemos empezado en primavera y recoger la cosecha de nuestros esfuerzos. La energía del otoño, más que ninguna otra época, nos invita a mirar hacia nuestro interior, a hacer limpieza: deshacernos de lo que ya no necesitamos, tanto lo material, en lo físico y en nuestros pensamientos.
- Siéntate y respira. La respiración impulsa al Qi (Energía) a moverse por todo el cuerpo asegurando el buen funcionamiento de todos los procesos fisiológicos del cuerpo. Un ejercicio suave por las mañanas, que coordine respiración y movimiento, como el Yoga o el Tai Chi, ayuda a fortalecer los pulmones, oxigenando el organismo, estimulando el flujo energético y sanguíneo y reforzando el sistema inmunológico.
- Hidrátate bien. Para la salud del Pulmón es imprescindible estar bien hidratado. Toma el agua a temperatura ambiente, así evitaremos problemas cutáneos como picor o sequedad. También están recomendadas las duchas nasales frecuentes (o ducha neti) para mantener la vía de entrada al Pulmón limpia de mucosidades acumuladas, despejada e hidratada.
- Duerme más que en verano. El cuerpo necesita reservas de sangre y energía para afrontar los meses fríos y, para ello, el descanso adecuado es imprescindible. El sueño regenera y mantiene el sistema inmunológico en forma.
- Presiónate todos los días unos minutos en el Lie Que o punto 7 del meridiano de Pulmón. Este punto ayuda a regular y potenciar el Pulmón, mejorando las molestias en las vías respiratorias altas.
¿Y qué podemos comer?
En lo relativo a la alimentación, es importante eliminar los alimentos más típicamente estivales como frutas y verduras crudas, zumos, bebidas frías y ensaladas, que son depurativos y producen un efecto de apertura y enfriamiento del cuerpo, pasando a platos más consistentes, nutritivos y calientes, que nos centren, refuercen y estabilicen. Así conseguiremos crear el centro y la fuerza necesarios para afrontar los meses fríos. Hay que empezar a tomar sabrosas sopas, guisos, estofados y en general platos más calientes y ricos en nutrientes.
En general, se debe cocinar con menos agua y a una temperatura más baja por periodos de tiempo más prolongados.
- El sabor picante, que podemos encontrar en algunas raíces como los rábanos, en verduras como cebollas, cebolletas, puerros y en condimentos como el jengibre o la mostaza, tonifican estos órganos, ayudando a fluidificar y expulsar las mucosidades que a veces se acumulan en ellos.
- Vegetales, sobre todo los de color blanco: coliflor, cebolla, ajo, puerro, patatas, nabos. También las setas, las reinas del otoño, que estimulan la función del sistema inmunitario y van bien para evitar los resfriados en invierno.
- Semillas oleaginosas: sésamo, lino, pipas de girasol, pipas de calabaza.
- Los cereales como granos completos como el arroz integral, la cebada y la avena.
- Las legumbres como las lentejas, los garbanzos y la soja.
- Pescado blanco y azul.
- Huevos, a ser posible biológicos.
- Carnes magras con moderación: pollo, pavo, ternera.
- Alimentos fermentados como chucrut, miso, kombucha, o kefir. Apoyan su función inmunológica y probiótica.
- Frutas de otoño, como mandarina, manzana, naranja.
- Plantas aromáticas como tomillo, romero, salvia.
- Como la sequedad es el factor climático relacionado con el otoño y los pulmones también será muy importante tomar té o agua a temperatura ambiente.
“Todo problema físico tiene un componente emocional, y aunque este factor algunas veces es mínimo, otras veces puede ser extremadamente significativo” (R. Rakel).
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