Cuántas veces me han preguntado: ¿Moxiqué? ¿Y eso qué es? Pues ha llegado el momento de que resuelva tus dudas con este post.
Moxa. Calor para encontrar el equilibrio.
El término «moxa» proviene del japonés mogusa 艾 y es una técnica de la Medicina Tradicional China que utiliza, principalmente, el uso del calor. Generalmente se elabora a partir del material de hojas secas, maduradas, prensadas y molidas de Artemisia Argyi (o China) o Artemisia Vulgaris (o común), aunque también pueden incluir otro tipo de variedades de Artemisia con propiedades medicinales.
Por lo tanto, la palabra «moxibustión» procede de la combinación de «moxa» y «combustión» y en chino se llama jiǔshù 灸術, que significa «técnica de cauterización».
Se cree que su uso es anterior a la acupuntura, cuando el hombre descubrió que el calor del fuego, además de calentar era curativo. Desde entonces, el uso del calor de forma terapéutica (termoterapia) es algo instintivo. Y al igual que si tenemos dolor de espalda o menstrual nos ayuda poner calor en la zona o si vamos al fisioterapeuta, nos alivia que nos ponga lámparas de infrarrojos, los antiguos chinos descubrieron que colocando moxa caliente sobre determinadas zonas del cuerpo o puntos de acupuntura, se aliviaban muchas molestias.
Desde el año 2010 tanto la acupuntura como la moxibustión son considerados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Para ello, como he dicho antes, se suelen utilizar los mismos puntos que se usan en la acupuntura. Estos puntos están repartidos y unidos por todo el cuerpo a través de los meridianos o, lo que es lo mismo, una serie de canales por donde fluye la energía vital del individuo (también llamado Qi) y que, a su vez, conectan con los órganos vitales ayudándoles a restaurar su energía y sus funciones fisiológicas cuando estas no se realizan correctamente.
¿Y cómo actúa ese calor en el organismo?
El calor producido por la combustión de la moxa es transferido en áreas específicas del cuerpo (músculos, tendones y huesos), canales y puntos de acupuntura, lo cual moviliza la sangre, estimula la energía y promueve el equilibrio homeostático, ayudando al cuerpo en su recuperación. Pero si en algo es especialmente efectiva la moxibustión es en todas las enfermedades crónicas.
A través de la aplicación del calor de esta planta se consigue que las terminaciones nerviosas se activen, provocando una vasoconstricción inicial (los vasos sanguíneos se cierran) seguida de una vasodilatación (los vasos sanguíneos se abren). De esta forma se mejora la circulación general del cuerpo y, más concretamente, del punto o la zona sobre la que se aplica directamente este calor.
Se ha observado el aumento de las células del sistema inmunitario, como los eritrocitos y leucocitos, asociadas a ese aumento del riego sanguíneo en el área y también mejora el peristaltismo intestinal, ayudando en el proceso de digestión y absorción de nutrientes.
Desde la perspectiva de la Medicina China podríamos decir que:
- Calienta los canales y meridianos y dispersa el frío y la humedad.
- «Refuerza» el Yang Qi y restaura el Qi Vital.
- Mueve el Qi y la Sangre.
- Tonifica el Wei Qi o Qi defensivo.
- Calma el dolor.
La moxibustión no sólo consigue una agradable relajación corporal, si no también contribuye a mejorar determinadas dolencias como, por ejemplo: dolores articulares (artritis, artrosis), lumbago, fatiga, lesiones deportivas, alteraciones digestivas, resfriados, dolores menstruales, insomnio, aumenta la producción de sangre y el tiempo de coagulación, genera anticuerpos…
En general, es fantástica para prevenir enfermedades y mantener la salud en general.
Otra de las ventajas de la moxibustión es que es indolora y que, debido a su fácil aplicación, se puede continuar el tratamiento en casa con un puro y las instrucciones de un profesional.
Evidentemente también existen contraindicaciones que habrá que tener en cuenta como:
- Cuando haya estados febriles, pues no se debe añadir calor al cuerpo.
- En la proximidad de órganos sensoriales como los ojos, oídos o boca, ni cerca de membranas mucosas como la nariz o el ano.
- La moxibustión directa no se debe realizar en zonas como la cara o los pechos, o cerca de arterias importantes.
- En personas con cardiopatías.
- En el abdomen de mujeres embarazadas.
¿Cómo se aplica la moxibustión?
Existen diferentes maneras de usar la moxa, entre las más conocidas están las siguientes:
– Conos: se utiliza la planta de artemisa prensada en forma de pequeño cono, que se colocan encendidos sobre una lámina de jengibre o ajo o directamente sobre la piel, dependiendo del problema.
– Puros: la artemisa es prensada en forma de puro; se prende uno de los extremos y se acerca al punto del cuerpo o la zona que se quiera tratar a una distancia, sin llegar a tocar la piel. A partir de ahí existen diferentes formas de trabajar con la moxa, pudiéndose realizar movimientos circulares, de aproximar-alejar, a lo largo del recorrido de un meridiano… Con esta técnica es fácil controlar la cantidad de calor, cambiando la distancia entre la moxa y la piel y adecuándola a la sensibilidad del cliente.
– Con agujas de acupuntura: se sitúa en uno de los extremos de la aguja una bolita de artemisa prendida, mientras que se coloca la aguja sobre el punto que se quiera tratar, de manera que el calor se transmitirá al cuerpo a través del metal y potenciando los efectos de la aguja.
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